vendredi 25 juillet 2008


La censura es el uso del poder, por parte del Estado o de algún grupo influyente, para controlar la libertad de expresión. La censura criminaliza ciertas acciones o la comunicación de las mismas. En un sentido moderno, la censura consiste en cualquier intento de prohibir la información, los puntos de vista o formas de expresión como el arte o el habla vulgar. La censura se lleva a cabo con el fin de mantener el status quo, controlar el desarrollo de una sociedad, o suprimir la disconformidad de un pueblo sometido. Por eso, es muy común la censura en los clubes y grupos sociales, y los gobiernos. Sin embargo, también existen muchos grupos que se oponen a la censura.
La censura puede ser explícita, como una ley que se aprueba para impedir que cierta información sea publicada o difundida (por ejemplo, en
Australia en teoría la legislación es de las más restrictivas del mundo occidental, si bien no se aplica; o en mayor medida en China, donde no se permite la entrada de ciertas páginas Web), o en la forma de intimidación gubernamental(como la llevada a cabo por EE.UU a numerosos artistas e intelectuales con ideas comunistas en los sesenta) o hasta la censura popular, en donde la gente tiene miedo de expresar o apoyar ciertas opiniones por temor a perder su vida, trabajo, posición en la sociedad, en o la academia, su credibilidad académica.
La censura es un aspecto típico de las
dictaduras y otros sistemas políticos autoritarios. En los países democráticos es generalmente mucho menos institucionalizada, ya que en estos países se le da mucha importancia a la libertad de la expresión.
Ciertos pensadores consideran que los nuevos métodos de la censura incluyen otras tentativas de suprimir perspectivas o ideas, como la
propaganda, la manipulación de los medios de comunicación, la política de spin, o la desinformación. Estos métodos, colectivamente, funcionan diseminando información engañosa, lo cual hace menos receptivo el público a otras ideas.
Otros señalan como censura la supresión de acceso a los medios de diseminación por agencias gubernamentales, los medios de comunicación, y últimamente en los foros de discusiones, por ejemplo un periódico que no publica comentario con el que no está de acuerdo la editora, o una sala de conferencias que no se deja alquilar a un orador en particular. Esta posición es debatida por otros: Para
Ayn Rand (opuesta a cualquier tipo de censura gubernamental), la negativa de un editor a publicar a un autor, de un dueño de cadena televisiva o de radio a permitir la expresión de determinadas opiniones o del dueño de una sala a permitir una determinada conferencia no puede llamarse en modo alguno como "censura", sino que es un derecho legítimo del dueño a determinar el uso de sus bienes, consecuencia lógica del derecho a la propiedad. Las contradicciones de su posición surgen de su rechazo de las licencias de monopolio que otorga el Estado en el campo de las emisoras radiales y televisivas y la financiación estatal de las artes.

mercredi 16 juillet 2008

“Aquí nadie viene a hacer turismo” (Crónicas desde Palestina)


“Aquí nadie viene a hacer turismo”
Con mucha ilusión llegó al aeropuerto de Ben Gurión (Tel Aviv) la Brigada de Cooperantes procedentes de la Península Ibérica. 17 personas que portaban la esperanza de contribuir con su esfuerzo a reparar la injusticia que supone la política de demoliciones de casas palestinas ejercida por las autoridades israelíes.
Entre sonrisas, sueño y cansancio de todo un día de viaje bajamos la escalerilla del Airbús para encontrarnos la triste realidad de una sociedad militarizada por el neurótico régimen sionista. Un judío austriaco de cerebro privilegiado, apellidado Freud para más señas, hubiera escrito escandalizado toneladas de hojas sobre la actual paranoia israelí y quizás se hubiera quedado corto.
A pie de escalera y a modo de presentación y quizás de advertencia, cuatro o cinco seguratas se entretenían disparando preguntas en inglés al pasaje medio dormido, separando a grupos y reteniendo a gente.
De pronto nos damos cuenta que el bus sale y un chico de nuestro grupo queda en tierra retenido. Su crimen: ser diferente, llevar el pelo demasiado largo.
Tras media hora de espera nos lo encontramos a la puerta del control de pasaportes sin que nadie nos haya dado la más mínima explicación.
Abordamos la siguiente prueba: el control de pasaportes. Azahara no podía imaginarse un recibimiento como el que ha experimentado. Era la primera vez que pisaba tierra palestina, la tierra de sus ancestros, pero le tocó sufrir la paranoia de la seguridad israelí. Seis horas de retención en las barreras de seguridad del aeropuerto, cinco interrogatorios continuos, presiones psicológicas, humillaciones, amenazas… Y todo por llevar unos apellidos árabes, ese es su crimen.

“Si encontramos que tienes familia aquí, ¡te echo!”
Si algún ciudadano israelí hubiera sido tratado por la policía española sólo con la mitad de la mala leche con que han tratado a esta chica de sólo 23 años con seguridad se habría hablado de antisemitismo.
Se le han realizado preguntas que nada tienen que ver con la seguridad de un aeropuerto ni de una aduana: el teléfono privado (¿van a interceptar sus llamadas?), el e-mail (¿van a vigilar sus correos?), su implicación política en España (pero, en qué quedamos, ¿no están hartos de decirnos que Israel es la única democracia de Oriente Próximo?),…
“Este es mi país y yo soy el que decido si te quedas o te vas. Si encontramos que tienes familia aquí, ¡te echo! ¿Turismo? Aquí nadie viene a hacer turismo”, gritaba. La frase resume muy bien la psicología del psicópata que avergonzado de sus crímenes sólo ve enemigos por todas partes.
El objetivo de todo este martirio psicológico es provocar en la persona retenida el miedo, la angustia, el temor de volver a Israel. Lo que buscan, en definitiva, es intimidar al voluntariado. No creen en una paz justa porque su régimen sionista está basado en la limpieza étnica, en el genocidio, en el fraude, en el robo… Odian que se les nombre a Palestina porque su misión es borrarla del mapa político, de las conciencias y hasta de la memoria. Más no lo conseguirán. Mientras que haya jóvenes como Azahara que no se rindan ante la barbarie y caminen por la senda de la justicia, P A L E S T I N A seguirá viva.

vendredi 11 juillet 2008

Recogida de firmas para salvar la vida y liberar a los estudiantes, en huelga de hambre, detenidos en la prisión de Marrakech


Mediante la presente, nos dirigimos a las instancias locales y a los parlamentos europeos para instarles a intervenir, urgentemente, para salvar la vida de los estudiantes detenidos en la prision de Bou Lamharaz de Marrakech.
Un total de 18 jovenes estudiantes, entre ellos una joven, entraron en su cuarta semana de huelga de hambre indefinida en protesta sobre su encarcelacion tras ser detenidos por protagonizar manifestaciones y protestas, pacificas, en el seno de su sindicato estudiantil UNEM, para reivindicar la mejora de sus condiciones estudiantiles.
El supuesto crimen de estos estudiantes fue el uso de su derecho a la palabra, a la libre expresión y al derecho a manifestar, abiertamente, su desacuerdo con la política de exclusión ejercida por las autoridades universitarias y estatales.
Nuestro llamamiento para salvar y liberar estos estudiantes viene motivado por el principio de ASISTENCIA A PERSONAS EN RIESGO INMINENTE DE MUERTE y por el ejercicio del derecho a la libre expresión recogido en las convenciones internacionales y la Carta magna de los DDHH.
Debido a la extrema urgencia y gravedad de los hechos, las firmas recogidas se entregarán a partir de la próxima semana ante la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y el Parlamento Belga. Así como a los medios de comunicación y la prensa.

Para más información en francés: nantes.indymedia.org/article/14337
Las firmas se enviarán a la dirección: etudiants.detenus.marrakech@gmail.com